martes, 12 de febrero de 2008

¡Que… estaré pagando!

Me duele la espalda, me arden los ojitos y mis dedos se encuentran ligeramente ociosos, una ligera legaña se esta formando al costado de una de mi pestaña y el sonido de los televisores que no dejan de bombardearme con noticias; por la radio la hermana de Raúl Romero acaba de despedirse de su fieles seguidores por CPN y da paso al estelar de las 4 p.m. Bio… Bio… Naturista es Salud, Bio… Bio… Naturista es Salud…Repite el jingle sesentero sin compasión.

Como decía mi vieja “Tu te lo buscaste” y esta vez no tengo como rebatir dicha afirmación. Papá al verme llegar a la hora del almuerzo sonríe y disfruta el hecho que deba trabajar por necesidad y no por vocación. Espero que la Universidad y el futuro departamento valgan la pena.

Atrás quedaron las geniales tardes del Canal 7, conversando del origen de la música con tres melómanos y mi primer chequecito de tan sólo 100 dólares. Lejanas las risas del INEI junto a la tía Orillo en cada clase de estadística y análisis aprendidas al fiel estilo de la escuela Rusa. En ambos mis energías fueron derrochadas como un buen asno y la hora de salida solía darse cuando la luna iluminaba el cielo limeño; sin embargo al salir de los cuadrados de concreto deseaba retornar una y otra vez.

Auuu. Otra vez, aquel hincón inmisericorde que me recuerda, en cada mentada de madre al aire, que debo de apagar el ventilador antes de dormir. A mi izquierda la jefa, repasa sus dedos sobre las hebras de su cabello una y otra vez, e inicia un debate sobre el “Papapan”. Dicho sea de paso he visto 6 veces el reportaje de este nuevo invento de gobierno por Canal N.

Intento conectarme al msm sin éxito, tan sólo una primitiva página me mantiene en contacto con el ciber espacio. Silencio virtual, las ventanitas que otrora emergían sobre las pantallas de LCD ahora son sólo un recuerdo. Los contactos existen, sin embargo no se me ocurre que decirles

Maiky dice: Buenos Dias Srta.
Ella dice: Hi que tal, tu tarde?
Maiky dice: Lo máximo… he visto todo el día TVPerú. Lorena Caravedo es toda una Showoman y el Juicio de Fuijimori, lo sigo segundo a segundo.
Ella dice: Wueno todo el día no es achi no?
Maiky dice: Nika, “El Chema” - Yo tengo las primicias – me alegra la tarde (Si no saben quien es Chema vean al bigotudo entrevistador de Plus TV y me comprenderán, se recomienda observarlo bien descansado)
Ella dice: Ayy que aburrido.. ya pareces un tio renegón, bechitos te cuidas

Mayki, no responde, no lo puede creer: Música en la oficina.

Frágil, reconozco ese tema, no se el nombre de la canción, pero ese estilo de órgano Yamaha sólo puede pertenecerle a aquel grupo de abuelitos que tocan en el Sargento Pimienta de Barranco. Levanto la mirada y gracias a la Agenda Cultural de Canal N, estos 60 segundos han sido como el litro de agua que puedes llevar en tu cantimplora para cruzar el desierto.

“Que estaré pagando”… brazos al cielo y movimiento horizontal de cabeza, el camarógrafo exhala y trata de pasarla bien; frente a él un fotógrafo observa un reportaje a Reimond “No he cambiado” Manco y espera que su nene la rompa el fin de semana sobre la cancha.

Estoy casi solo, mi compañera, que por cierto, escribe sagazmente un solo dedo, ha corrido a ver a un grupo de manifestantes, que expresan libremente su disconformidad con la legislación vigente. Bostezo una vez más y veo que sólo queda media hora de trabajo. Las jóvenes señoras que completan y adornan la oficina ya han iniciado su ritual de salida: Un poco de Brushh… una visitadita al tocador y luego de unos minutitos, la oficina tendrá ese toque de “Eua de Toilette” antes de verlas partir.

Ja, una ministra ha salido con el pelo mojado por la Tele y una de las nenas del trabajo ha dado el comentario del día “Parece que la Ministra ha salido de un Telo” (La Pinilla ha sido víctima de los carnavales) listo, cerrado. Comentarios como este me recuerdan que todas las chambas empezaron igual.

Un par de líneas mas y todo habrá terminado. Mañana muy temprano cuando vea al Tío Celina en la oficina, comprenderé cabalmente el significado de la frase recurrente de la 9.30 de la mañana ¡Que … estaré pagando!
El Mayki

miércoles, 23 de enero de 2008

Episodio VI: El Regreso del Jedi

Llevo algunas semanas en esta ahora cada vez más extraña ciudad, el tiempo ha pasado extremadamente rápido y creo recién tener el tiempo necesario para recordar que 6 años atrás ciudades como Sullana, Huamanga, Chiclayo, Pucallpa e inclusive el mismísimo Cusco tan sólo formaban parte de mi apolillado libro “Escuela Nueva”.

Por suerte la casa, a pesar de algunos profundo cambios de forma, sigue manteniendo el mismo fondo: Vecinos educados y amables, que asumo, se preguntarán silenciosamente: ¿Porqué, el menor de los Cerrón Parker estará de nuevo por aquí? afortunadamente reacciono rápidamente y recuerdo que es Lima; una ciudad en donde nunca eres tan importante y donde ser un anónimo dentro de tu mismo barrio, puede ser algo habitual.

Pues, las niñitas de ayer, dan paso a las veinteañeras de hoy, las mismas que curiosamente, son las sobrinas de tus amigos o sus hermanas menores y que gracias a la nutrición de los 90 han pegado un estirón de sopetón y ahora son poseedoras de increíbles cuerpos que el gimnasio tan sólo se encarga de moldear. Por lastiman no puedo visitar el Gold Gym de la Molina, sin embargo mi economía me permite acudir a un cumplidor gimnasio salamanquino y fue hoy, justo en aquel ruidoso salón de spinning de mi gym, que encontré a una de esas niñitas del ayer.

Bueno yo hace mucho deje de tener 20 y por suerte ella también dejo tener 10. Su rostro me era por demás familiar y sabía que mi cerebro recordaría el lugar en que la conocí y aunque no lo crean algunos de mis amigos “Arriolas”; no deseaba aprovechar nuestras coincidencias para “Darle vuelta”. Tan sólo me agradó encontrar una cara conocida en el ahora cambiado barrio.

Y es que mientras fungía de Jedi aventurero en lejanas galaxias, el universo continuaba en franco avance, las princesas se convertían en reinas de la chatarra con algún misio cachudo u otras mas afortunadas se casaban con el cuero de su vida y hoy disfrutan de su gordito simpaticón. Ojo… no suena a arrepentimiento, quizás muchos no han escapado del trabajo para irse de viaje a Guayaquil en menos de 64 horas, otros sólo anhelen conocer cerca de 55 provincias, ni quizás sepan lo que es escaparse 3 fines de semana seguidos del trabajo a un paraíso como Chiclayo para tan sólo ver a una flaca o buscar 24 horas a un amigo secuestrado por una loca ninfomanía. Lo se, suena a vida disipada e irresponsable, pero les aseguro que estaba bastante distante de serlo.

Imagínense que mientras, la chiquilla del gimnasio bailaba el Danubio junto a sus amigos del cole por sus 15, nosotros celebrábamos la llegada del veintiseiavo cumple de algún Jedi en algún karaoke o bungalow del norte, pensando que al día siguiente debíamos llenar expedientes de cerca de 100 hojas. Y que mientras ella instaba a su madre, con su pucherito respectivo, a que cambie el canal de la tele para ver "Rebelde", nosotros, enfundados en sendos ternos, declarábamos por la honra de nuestros centro de labores e instábamos al poder judicial por el bienestar de las familias de los cientos de trabajadores de alguna empresa.

Como dice el Doctor, la Juventud es corta y aunque estoy bastante alejado de ser y sentirme un viejo, no me imagino lo aburrido que hubiese sido los veinte sin todos esos lugares y personas. Tantos nuevos paisajes, llenos de árboles, playas, ríos, lunas; tantos rostros nuevos y alguna que otra pupila que con su brillantez, grabaron su nombre y quien sabe el alma, en el corazón.

Ya cumplí un mes en la capital y en estos pocos días ahora soy yo el anfitrión de muchos y algunas que desean vivir ahora en este infierno capitalino. Espero que todos puedan escribir su historia en esta ciudad y que los vea aún mas seguido, tal vez quien sabe, de aquí algunos años cuando regresen de visita a su ciudad se den cuenta que son mas ciudadanos del mundo.

El Jedy regreso y es hora de escribir nuevas historias desde esta, por momentos, extraña galaxia.

El Maiky

P.d. Aclaro, no me voy a levantar a la flaquita del spinning, si la quieren conocer, suden un poquito en el gimasio; al menos ese puede ser un buen pretexto para ejercitarse. Aún así prometo colgar una foto de ella de chibolita

sábado, 29 de diciembre de 2007

Episodio V “Cuando el recuerdo contraataca”

El calor del norte es asfixiante, los polos se adhirieren con facilidad a la piel y las gotas de sudor emanan desvergonzadas por todos las intersecciones visible y ocultas del cuerpo. Me encontraba completamente solo en aquel pueblito amigable y poco ruidoso al norte del país, donde las chicas blancas y morenas mantienen su tez, a pesar del inclemente sol. Cada minuto que pasaba la sonrisa se desdibujaba de mi rostro y la soledad, desconocida hasta ese momento por este humilde servidor, empezaba a meterse en mis huesos.

Mantenía la serenidad, aún era temprano, la noche anterior había llegado a una hora en la que mis padres se hubiesen sentido orgullosos de su angelito. Ese día jugaba el equipo de la ciudad y si el primer nombre de equipo no fuese “Cagón” de seguro que visitaba la cancha como un norteño más.

Intente disipar la mente en el trabajo, sin embargo las caras trasnochadas y la pesadez de trabajar mientras otros disfrutan se respiraba en el ambiente. Sin embargo recordé que cerca de aquel lugar olvidado existía un puerto al cuál no era recomendable llegar solo. Cogí el celular y para mi buena suerte un solo par de pies no se sumergirían sobre las salinas aguas de Paita aquella mañana.

El sol se reflejaba caprichosamente sobre el mar y ella era tierna, digamos que mas no le podía pedir al convaleciente, la jauría hambrienta del desamor había dejado tan sólo venas remendadas recubiertas con sangre coagulada. Sin embargo el sentir el calor de una nueva piel por momentos puede ser el diacepan ideal para un Jedi; sus brazos se dejaban acurrucar, al igual que la castaña de Jesús María e intentaba dejarme llevar. El paisaje, el sonido de las aves al pasar y la tersura que tienen los rostros de las chicas en el mar.

Pero bueno esta no era no era una historia de amor, El imperio contraatacaba y se necesitaban mas Jedís y en ese momento el holograma apareció. Una enérgica, firme y decidida voz, entorpecía el momento. Debía recibir a su alteza y de no ser por la delgadez de su voz, de seguro me hubiese aterrorizado.

Al cabo de unas horas realizo su aparición, nervioso y apresurado. El color del cielo indicaban las 5 de la tarde y su rostro marcaba una gran responsabilidad, como si alguna fuerza oculta lo llevara a la oscuridad o algo quizás mucho peor: Al miedo, pero el debía marcar una pauta. Nuestro encuentro se producía a velocidad de la luz y no tenía visos de bajar de intensidad. – Huevón debemos estar en Tumbes a las 7 de la noche – Listo… con esa frase me di cuenta que el buen Jedi estaba completamente perdido en aquella galaxia. No existía nave ni propulsor que pudiera llevarnos a esa hora y desde aquel lugar en menos de 7 horas.

Luego de enseñarle un pequeño diagrama sobre la polvorienta vereda decidimos emprender a Colán. Aquella mentada playa que recreaba sobre nuestras cabezas burbujitas de bellezas en tanga a la luz de la luna. Y era cierto… La luna era perfecta, se podía observar al lado del sunset, la playa inmensa como los relatos pero completamete desierta.

Y allí junto a unas heladitas, comprendí que no era el único que había sufrido los embates de las fuerzas malignas del amor, que los recuerdos de una princesa destruyen hasta el Jedi más osado, que por momentos olvidamos que los caballeros no contamos con corazas y nuestra túnica queda expuesta a los sables de la memoria.

Las horas transcurrieron lentamente, el cielo se torno cada vez mas oscuro y cada vaso de cerveza alzado al salud de las herederas del trono, nos permitía darnos cuenta que teníamos mucho en común y una sola misión. No ser destruidos.

Llegamos a nuestra base aún temprano y en ese momento se inicio la misión, el Buen Jedi de cabellos aún mas parados que los mios, vio a una no tan noble andando por la comarca, cuando menos lo esperaba él desvaneció, ella también. Pateé la tierra, quería unas cervecitas para seguir embriagandome y así no dar vueltas en la cama antes de conciliar sueño pensando en ella, pero un Jedi con una cerveza sólo en un bar no era un buen papel. Sonó nuevamente el celular y con la misma prepotencia de su primera llamada y con aquel gallito que salió de su voz unas horas atrás pronunció – Huevón, al toke, al karaoke tu culito también esta aquí- sonreí aquella noche no pensaríamos en ellas, en ese momento la lucha frontal contra el recuerdo sería una masacre; sin embargo si había que luchar debía ser por los flancos. Que tal bomba nos esperaba

El Maiky

Ficha Técnica
Locación: Norte del Perú
Año: Aproximadamente 2003
Protagonistas: 2 Jedis Heridos, Una norteñita blanquiñosa y una extra morocha.
Actrices Invitadas: La castaña de Jesús María y la por entonces candidata al Municipio
Banda Sonora: Juanes
Agradecimientos Especiales: Al taxista que espero 6 horas en Colán.

martes, 18 de diciembre de 2007

Episodio IV

Aggg…las reuniones de directorio pueden ser por demás stresantes, todos con posturas intelectuales, manos sobre las barbillas; así como movimientos con los lapiceros, para luego de 45 minutos de debate y 5 minutos de presentaciones, no dar ninguna solución concreta. Algunos le llaman “Perseguirse la cola como el perro”; yo discrepo. Al menos el perro se divierte.

Al inició me sentía como el hermano biológico de Stuart little, todas esas fieras con reportes incompletos y ansías de divertirse con el novato antes de iniciar su jornada. Corrían las primeras semanas y poco a poco dejaba mi status de roedor inocente para de a pocos ser algo mas cercano a Speedy Gonzales, de alguna manera encontraba divertido el hecho de formar parte de los 12 enanos de la empresa que encerrados en 4 paredes fungíamos a ser los dueños de ella. Llevaba 2 semanas y rápidamente comprendía la rutina, sin embargo una mañana de invierno y sin mayor aviso, la guapa morena que usualmente dirigía las reuniones, se esfumo. Aquella morochona que solía mirarme con ojitos de compresión no estaba. No más cruzadas de piernas (A lo Sharon, igualito) que dieran ese toque estimulante a las mañanas y mucho menos labios seductores que me invitaban a presentar mi informe matinal. A cambio un tipejo con cara de inquisidor, tan caucásico como Gasparín y con ganas de joderme el día, pues era el nuevo y había que orinar sobre mi para marcar el territorio y demostrar que el único que rugía en aquella selva era él. Por suerte ese día había tomado mi quaquer con leche y me sentía mas fuerte que “Super Ratón”.

Aquella mañana me llovieron zarpazos y de no ser por la intervención de un hada madrina (La apretadita Doc. Marita) allí quedaba. Levante mis papeles y me dirigí a mi oficina; la tía Glorix me miraba como mamá, con firmeza, gritándome con la mirada “Desahuevate, saca a los que no sirven y métele a la chamba, que te quiero ver”, tal vez si se hubiese detenido en mis pupilas le hubiese hecho caso, en fín; la reunión había concluido y debía volver a mi guarida.

Salude a la mancha y el sonido estresante del teléfono me dio la bienvenida, al otro lado una gruesa voz me daba la bienvenida a la empresa y luego de 3 instrucciones puntuales, estaba con dirección al norte con un sacón invernal sobre mi y algo de dinero en los bolsillos. Me sentía un agente secreto, objetivos concretos y destino desconocido. ¿Tumbes?, ¿No esta al extremo del Perú? ¿Hace calor? Y yo que diantres hago sin short, lentes oscuros y bloqueador en mi maletín.

En fin cuando uno ha cumplido el primer cuarto de vida, muchas cosas se ven aún divertidas y de no ser por la aburrida conversación de los tres abogados que me acompañaban, de seguro disfrutaría de mi viaje en avión. Como fuese, para aquellos doctores que llevan como bisturís códigos penales y ven en los juzgados sus salas de operaciones: este humilde servidor era poco menos que nada y para serles sincero; a mi me importaba un carajo lo que pensaran; al fin y al cabo ya había tenido bastante soportando a mi viejo (Abogado como ellos) instandome a cambiar de carrera. Así que luego de alojarme en un hotel diferente al de ellos me dirigí a realizar la misión.

Llegue a lo que después conoceríamos como el Halcón Milenario (La sala) y por alguna razón los trabajadores asumieron que era el Doctor en leyes que llegaba a su rescate. Al buen estilo de un Jedi me llevaron hasta la sala principal y luego de los honores respectivos, me encontraba disfrutando de un rico jugo helado. Y entonces ocurrió… Tan tan tan Tan taran Tan taran (Al estilo de Darth Vader) El abogado maldito del directorio, ingreso a la sala. ¿Cómo podía ser? Si se había quedado en Lima con todas las gárgolas. Pregunto quién había tomado su lugar (Obviamnte yo) y con lentes al estilo Teminator deseaba desaparecerme, borrarme de la faz de la tierra y aniquilarme con la mirada.

Abrió la puerta y me puse en guardia, estaba recontra aburrido de ser el invitado especial de la película. Si había que morir en ese capítulo del film, lo realizaría con honor. Se bajo los lentes, extendió su mano y al cabo de unos minutos ambos estábamos explicando los motivos de nuestras misiones, ahora ya no tan secretas.

Con el tiempo descubrí que no sería un Jedí Extra, que no caería sacrificado (como muchos) en una batalla cualquiera, que aquella lejana galaxia en el Norte del Peú, marcaría un hito dentro de la vida de algunos, que las aventuras y desventuras se suscitarían días tras días, que las princesas y vasallos también tenían leyendas que escribir, que las lunas de Colán crearían clanes imborrables y que el sol Sullanero no deseaba apagarse. La historia recién iniciaba, el imperio esta en formación, las naves tomaban posiciones y pronto vendría algo más que una simple guerra en una lejana Galaxia, por el momento se tenía "Una nueva esperanza"

Continuara…

El Maiky

jueves, 15 de noviembre de 2007

A puñetes aprendí

Ayer al reenviar un relato recordé "La 24", aquella losa descascarada de dimensiones fabulosas, que fungía (al menos de día) de majestuoso monumental salamanquino, sus tribunas albergaban siempre a un tercer equipo, el mismo que ingresaba raudamente luego que la de cuero con blazer traspasará la despintada línea de gol. Al cabo de un par de horas o luego que grandotes con barritos llegaban, nos llevábamos la “5” (así se le decíamos a la pelota en aquellos tiempos) a la pista; la misma rutina semana tras semana, hasta que un buen día, no recuerdo el porque un niñuelo de dientes separados y cabello encrespado insistió en darme un par de puñetes.

Ya saben a mis 10 años, mis cachetes no conocían del dolor más allá de las tundas maternales. Volteé y espere tener a mi espalda a mi raquítico amigo para secundarme. Wiflas, pichón, never in the life, el flacuchento estaba a una lejana cuadra tras un poste telefónico, el mismo que dicho sea de paso lo camuflaba muy bien. A mi diestra mis protectores de infancia tan sólo me decían ya pe maricón, sácale la mierda (palabras textuales de infantes de 11 y 12 años) un empujón mas del mueludo y juaa muchos puñetes al aire, empujones con los brazos amarrados y nadie a la lona. Las pifias del respetable se escuchaban por doquier y al cabo de tres minutos cada uno a su esquina. Enseñanza… nula, No pegue, no me pegaron, nadie me explico jamás el porque, tal vez aún era muy pichón.


Los puñetes a excepción de la memorable bronca con “Chacha” y la posterior derrota por ausencia de brazos con “Budita” en secundaria, estuvieron esquivos en la adolescencia. No necesitaba ganarme el respeto, simplemente no tenía ninguno y no me importaba tenerlo, pues de alguna manera lo que a los chicos del cole le importaba, como flacas y formar parte de una mancha de galanes gileros, estaba fuera de mi alcance: Mi madre ahuyentaba a las mujeres y mis permisos de fin de semana se limitaban a los scouts y a la casa del “Troncho”. Moraleja no importa si eras buen puñeteador o no, tan sólo debías dejar un poco de sangre en la pista para ser alguien.

La Boleta Militar llegó y con ella la llave de casa, los primero cigarros y los primeros ojos pardos con los que no pude dormir. Ella simplemente apareció en una reunión de la parroquia, nadie me la presento. Se sentó a mi lado y al instante conectamos, tenía la fe de un flaco Miguel Hugo y la confianza de un Estudiante de Superior, pero el permiso de mamá para estar fuera de casa después de las 11 la cagaba todititita. Sin embargo así como llego se fue sin decir adiós.

Ya con militar en mano y próximo a sacar libreta electoral (Si, esa naranja de tres cuerpos) Mamá me dio mi primer regalo, pues sentadita junto a los viejos muebles de la casa estaba ella, radiante con aquellos ojos caramelos que quizás sean los culpables de que me enamore hasta hoy de esos mismo tonos, sólo le faltaba la cinta y moño de cumpleaños. Mamá la había convencido para trabajar como consultora de belleza en su grupo y ella recordó la casa y a su vez a mi. Mi madre desapareció y se le veía contenta, sólo la vi reir como vieja alcahueta dos veces en la vida y en ese instante en la soledad de mi sala con las luces amarillas prendidazas y media familia en la cocina, me invitó a la fiesta del día siguiente. Nos dimos medio beso de despedida y una vez en mi cuarto le dí un puñetazo al interruptor. Casi me electrocuto y luego del susto, un jalón de orejas de mi hermano que me hizo ver estrellitas por malograr el cuarto. Lección: La primera ilusión siempre te hace mirar estrellas.

El día indicado llegó y fui con el Muelonsillo de antaño y el Tiburón, atrás se quedaron Sam y Kikin por ser chicos y el churro por… ya saben era el churro. Llegamos a la super fiesta, luces sicodélicas y la exclusiva cortadora que manejaba con destreza el DJ Chato Avila iluminaba intermitentemente su rostro y claro está, sus ojos. Tome la iniciativa y fui a su encuentro, ella me rodeó con sus brazos y ese apretón pausado y prolongado me decía mucho y nada a la vez. La bronca se acumulaba en mi interior y quería tan sólo puñetear el piso porque estaba allí con ella pero no había palabras, sólo sentimientos y silencio. Me dio medio beso, ingresó a la casa y en segundos salió con dos amigas para mis compañeros de chilingue y allí empezó el debacle, a ninguno les gustaban las flacas, se pusieron a un costado a fumar indiferentemente su cigarro.

Las nenas se fueron y sólo estaba ella con nosotros tres, los tabacos se consumieron en nuestros rosados pulmones y sin dudarlo fui en búsqueda de nuevos. A mi retorno tan sólo el silencio, por un lado Tiburón con otros amigos y mas allá el Muelonsillo conversando de lo lindo con mi nena. Me acerque, cogió mi mano me pidió no conversar en ese instante, eso sería al final de la fiesta y que entremos, tal vez no existiría otro día igual y me invito a entrar solo; quería estar esa noche conmigo, le pedí unos minutos para dejar a mis patas. Ella accedió.

Minutos después estábamos los tres discutiendo sin razón, de porque fuimos a esa fiestas, que mejor a chupar, en fin todo nada, con argumentos poco válidos. Se veía venir lo inevitable y finalmente volvió a ocurrir, aunque esta vez con bastante mas furia y mucho resentimiento, los puñetes llovieron por doquier.

Ninguno entro a la fiesta ella me quería comentar que estaba embarazada con 18 años (Me lo dijo un par de semanas después) y que se casaba con un amigo mío de otro grupo scout, a la fuerza, que siempre quiso saber como ubicarme, pero desaparecí, que le encanto conocernos en aquel tiempo, que fue una coincidencia el conocer a Mamá y que algún día cuando seamos gatos usemos cascabeles, nos reconozcamos y no dejemos pasar el tiempo.

Eso me resquebrajó, puñete un árbol, dolió; pero más me dolió cada puñete que le di al muelón, cada patada que le daba me dolía en el alma y eso no lo aprendí allí con la mierda revuelta. Como no lo entendí cuando borracho le daba golpes a mi hermano (No me devolvió uno sólo, tal vez me hubiese matado) por imponer el orden en casa un día antes de mi cumpleaños, mientras mi primo Herbert intentaba detenerme y aún así, se apareció sin recriminarme nada la noche siguiente en mi fiesta. Cada uno de esos golpes me dolieron más al no verlos, al tenerlos lejos y estar fuera de casa y quizás cada vez que lo recuerde y sea mas viejo duela más y más. Si, a puñetes aprendí que no se daña los que quieres y que puñetes de esos no se olvidan jamás. Gracias por su paciencia y esperar mi tardío aprendizaje

El Maiky

P.d. Lean un el blog del susodicho, les aseguro que les gustara tanto o mas que el mío es www.martingustavovargasbarrera.blogspot.com

miércoles, 17 de octubre de 2007

Una oriental en mi cama

Es la quinta vez que intento escribir este relato y confío en que este sea el último intento, la razón: es difícil de de explicar el cúmulo de sentimientos encontrados con esta fémina.

Vamos 24 años atrás, eran tiempos en que la industria peruana producía productos básicos con estándares de calidad primarios; si bien es cierto, en esos momentos mi incipiente membrana gris no comprendía la estructura económica del país; mis pies sufrían a diario al colocarme los ladrillos de Bata, mí sedoso cabello sufría el rigor del champú Glemo y mis refrigerios tenían ese particular aroma de plástico Basa con huevo duro. Fueron épocas duras, dejar a Mamá y a tía Cucha en casa, comprender que existía la palabra compartir y el ser el infante más joven del salón y por ende del colegio, me convertían en el ser más minúsculo de mi primer universo.

Sin embargo más allá de aquellas mirada intimidantes y las jodas mediáticas de los grandulones de tercer o cuarto de primaria, encontré en mi inmenso salón de clases mis primeros amigos, amigas, reinas de belleza y hasta algunos primos de cariño (tuvieron alguna vez condición de hermanos). Fue aquí dentro de este cúmulo de rostros blanquiñosos, morenos, prietos y hasta algunos indefinibles, apareció una chiquitita de cabello lacio y ojos rasgados que se ofreció a darme clases de: “Como cortar con tijera punta roma por el medio de la línea”. Luego de ese día esta seguro que aquella niña de rasgos orientales sería una artista del circo de Pekín o una afamada pintora. Algunos años después, cuando Hombres G y Virus se escuchaba por la capital de la ciudad y el cometa Halley, se convertía en el nombre mediático de nuestra promoción. La china reforzó mi percepción sobre su futuro vocacional, cuando provista de una regla y un delgadísimo plumón “Fine Pen”, elaboró con increíble precisión y paciencia la carátula de mi cuaderno marca Loro antes de la temible presentación del mismo para la revisión de mi pésima caligrafía, ortografía y redacción.

Las fiestas invadieron el buen colegio, los quinceañeros, los tonos pro-fondos y cumpleaños nos acercaban más, nuestro repentino desinterés por “Los Transformers”, motivado tal véz por el crecimiento repentino de la delantera nuestras compañeritas y esas ganas de conocer el primer amor, nos llevaban a tener largas y profundad conversaciones, con la madurez propia de adolescentes y con reacciones que hoy, de sólo recordarlas me generan carcajadas. Aún recuerdo al buen Loco Zafra, cuando tenía pelo, llenarse de valor para declararle su amor dentro de un ómnibus. Aquel mediodía luego de pagar el respectivo pasaje y entregarle glamorosamente el boleto de escolar en la mano, Amador (Nombre de pila del galán) tomo de la mano a la chinita y le dio un piropo histórico a sus, por entonces, delgadísimas y polliticas piernas. Bueno así contaron los rumores, aunque la China jure por La Sarita Colinia y Por Chacalón, que todo fue un invento.

En fin, una fría noche de primavera, aquella chinita artista dejo de alegrarme mis complejos y aburridos días (Que paciencia que tuviste) pues me alejaba de la ciudad y aunque el colegio era ya parte del pasado y parte los hermanos se habían convertido en primos, de alguna forma la jaladita tenía siempre una sonrisa para mi y de verdad se extrañó a la distancia.

Hace unos meses recibí un mail, donde la descendiente de orientales, me comunicaba que vendría al Cusco, la ansiedad por verla me embargaba y más allá de poderla ver ricotota y cañón después de algunos años, me producía curiosidad si seríamos ambas las mismas personas.

Tomamos una bebidas y conversamos de los amigos actuales, de los perdidos, de los recuperables y por supuesto de nosotros de nuestros amores así como de nuestras desventuras. Al cabo de unas horas, luego de unas botellas de Cusqueña y ligeramente mareados, llegamos a mi departamento. El acuerdo estaba dado: Ella estaría en mi cama. Si, aquel lecho reseco y desprovisto de fragancias femeninas desde algún tiempo la esperaba. Y así una oriental estuvo entre mis sabanas, claro que el pequeño detalles, es que mientras eso sucedía, mi buen spleeping me cobijaba.
Pues a pesar de que mis amigotes machistas y pusilánimes, piensen que son un rosquetazo, una prestadita de cama es eso ¿no?.
El fin de semana, la clon de Puka (Ver imagen) regresó por esta ciudad, nos metimos un rumbón de aquellos y aunque esta vez no existió la prestadita de cama, le comete del título de este blog y como era de esperarse quedo en darle una leida, espero le guste.
Increíble… esta vez si logré terminarlo y es que cuando estas próximo a cumplir "Bodas de Plata de amistad" es difícil explicar todo el cúmulo de sensaciones.

El Maiky
P.d. verdad "La China" Mire nunca fue artista, pero si Sociologa.

viernes, 5 de octubre de 2007

Del Tibu,Cocó, El Churro y otros exploradores

Ingreso a la maquina del tiempo y fácil giro la perilla con la esperanza de que esta de unas 18 vueltas al calendario y encontrarme con un entrañable Cocó (Con tilde en la O); que a pesar de llevarme unos 20 centímetros de altura encontraba en mí al compañero ideal para buscar flacas. Hijo de padre militar y madre abnegada, vió en el gordito de lentes al compañero idea para enrolarse en la cruz roja y los scouts. Ambas instituciones tenían para él un significado especial: Servicio. Para el barrigoncillo, una forma de matar el tiempo.
Cocó, junto a Celina, La Loba, La abeja Maya, Mateluna, Javicho Osorio y algunos otros intentamos, espero que con éxito, reflotar un alicaído grupo scout desgastado y cogido de los cogotes por el nintendo y la mofa de los infantes de finales de los Ochenta. Disculpen amigos, pero creo que él también fue super importante en todo este rollo. Juntos desempolvamos las casi apolilladas carpas del 124 para darle una alegría al Tio Pachas, a la incansable tía Gloria y la ocurrente Mery One, Two, Three. Todos disfrutábamos el dormir fuera de casa, acurrucados por las hormigas y perfumados por ese olorcillo peculiar, mezcla de berrinche con nafta que tenían las humedecidas lonas que nos protegían del frío de la Lima Serrana.

Éramos hombres de 12 años, envalentonados y dispuestos a todo, las mamis desaparecían por 3 noches y mientras ellas rezaban más de un rosario por sus infantes; los nenes formaban manadas de Tigres, Osos, Leones, Toros y demás especies de la Wildlife para convivir con la naturaleza y ser unos nenes agrandados.

Allí aprendí a prender una cocina y a cargar agua para beber, comer arroz quemado y tallarines pegoteados; tomar engrudo de desayuno (se supone que era Quaquer) y a agarrarme a una flaca oliendo a cebolla con atún.

Allí conocí que el fuerte ayuda al débil y aunque a veces Cocó me paraba de cabeza para que me deje de niñerías, siempre tenía esa mirada de avestruz para agarrar del pescuezo a algún palomilla. Una de esas noches de campamento el flaco organizó una cacería de delincuentes; todos provistos de palos con cuchillo amarrados en la punta y linternas perseguíamos a los malhechores. Algunos se quedaron en la carpas con su bolsita para la pichi, mientras que los héroes perseguíamos sombras por la noche.

Unas semanas atrás se cumplió ya 15 años que el Loco se fue, no recordé el día, es más no lo tengo muy presente desde hace algunos años, pero de seguro que tendría millones de anécdotas para contar de haberme dado cuenta que en esos meses de aquel otoño, que el huevas, ya de 15 años, crecía más rápido de lo normal.

Mi primer mejor amigo dejó este mundo, sin embargo mis hemanos scouts estuvieron allí como hasta ahora para continuar la palomillada, desquiciar a cuanto padre de familia y bautizar con chapas de por vida a más de un salamanquino.

Uno de los beneficiarios fue definitivamente el Tiburcio. Aquel moreno de voz parecida al de Oso Yogi y chispa permanente tenía por nombre Ronald. Sin embargo una noche helada de campamento, los baños colapsaron y tan sólo la arena de mar, así como algunas bolsitas y esquinas oscuras del club podían recibir los residuos del chaufa masacotudo de la cena. Sin embargo la mala fortuna y la luna llena iluminaban nuestro campamento, la llave que daba acceso a 200 metros de urinario y cagadero se perdió. Resultado: 60 chicos exploradores formaban colas de similares proporciones a los de jubilados en día de pago, claro que mientras los segundos es mano llevan siempre su dni, los chiquilines estaban provistos del "paper pot" (sic) en frente del ñoba.

Los primeros rayos del sol aún no lograban despertar a los exploradores, cuando de la playa una voz desgarradora clamaba ayuda: ¡¡¡Tiburón!!!, ¡¡¡Tiburón!!! Puta Madre… todos de pie y mientras corríamos a la orilla, nos preguntábamos cómo pudieron cruzar la cerca. ¿En qué momento?... y así todos desconsolodados frente a la piscina veíamos como flotaba inerte y de un lado a otro el mojonazo que la noche anterior uno de los mozuelos no pudo retener.

El acto fue adjudicado al buen moreno y a colación su chapa: Tiburón. Con los años este se redujo a Tibu y de no ser por la chapa del “Churro” Renzo (Guapísimo Scout con una fisionomía similar a la felpudini y cara de Toledo) se llevaría el máximo de los galardones.

La noche ha llegado y hoy quisiera tomarme una cerveza con muchos pero en especial con Martin "Celina” y Christian “La Loba Erótica”, reírme como un niño y carcajearme de los chistes pavos e inocentes que solíamos tener. Sin embargo no se puede, uno esta en Lima el otro en Santiago, pero no se preocupen hoy fue un día excelente, nada pudo salir mejor, talvez sabía que tomaría un trago en silencio con Cocó y me acordaría de muchos.

El Mayki

En la foto: Celina (Cuando era flaco), a su lado "Rambo", el tercero es el churro y en la parte posterior al otro extremo mi gran amigo Sam y el Kikin. Mención especial para el viejo Pachas, creo que lo ubicarán sin problemas.