sábado, 29 de diciembre de 2007

Episodio V “Cuando el recuerdo contraataca”

El calor del norte es asfixiante, los polos se adhirieren con facilidad a la piel y las gotas de sudor emanan desvergonzadas por todos las intersecciones visible y ocultas del cuerpo. Me encontraba completamente solo en aquel pueblito amigable y poco ruidoso al norte del país, donde las chicas blancas y morenas mantienen su tez, a pesar del inclemente sol. Cada minuto que pasaba la sonrisa se desdibujaba de mi rostro y la soledad, desconocida hasta ese momento por este humilde servidor, empezaba a meterse en mis huesos.

Mantenía la serenidad, aún era temprano, la noche anterior había llegado a una hora en la que mis padres se hubiesen sentido orgullosos de su angelito. Ese día jugaba el equipo de la ciudad y si el primer nombre de equipo no fuese “Cagón” de seguro que visitaba la cancha como un norteño más.

Intente disipar la mente en el trabajo, sin embargo las caras trasnochadas y la pesadez de trabajar mientras otros disfrutan se respiraba en el ambiente. Sin embargo recordé que cerca de aquel lugar olvidado existía un puerto al cuál no era recomendable llegar solo. Cogí el celular y para mi buena suerte un solo par de pies no se sumergirían sobre las salinas aguas de Paita aquella mañana.

El sol se reflejaba caprichosamente sobre el mar y ella era tierna, digamos que mas no le podía pedir al convaleciente, la jauría hambrienta del desamor había dejado tan sólo venas remendadas recubiertas con sangre coagulada. Sin embargo el sentir el calor de una nueva piel por momentos puede ser el diacepan ideal para un Jedi; sus brazos se dejaban acurrucar, al igual que la castaña de Jesús María e intentaba dejarme llevar. El paisaje, el sonido de las aves al pasar y la tersura que tienen los rostros de las chicas en el mar.

Pero bueno esta no era no era una historia de amor, El imperio contraatacaba y se necesitaban mas Jedís y en ese momento el holograma apareció. Una enérgica, firme y decidida voz, entorpecía el momento. Debía recibir a su alteza y de no ser por la delgadez de su voz, de seguro me hubiese aterrorizado.

Al cabo de unas horas realizo su aparición, nervioso y apresurado. El color del cielo indicaban las 5 de la tarde y su rostro marcaba una gran responsabilidad, como si alguna fuerza oculta lo llevara a la oscuridad o algo quizás mucho peor: Al miedo, pero el debía marcar una pauta. Nuestro encuentro se producía a velocidad de la luz y no tenía visos de bajar de intensidad. – Huevón debemos estar en Tumbes a las 7 de la noche – Listo… con esa frase me di cuenta que el buen Jedi estaba completamente perdido en aquella galaxia. No existía nave ni propulsor que pudiera llevarnos a esa hora y desde aquel lugar en menos de 7 horas.

Luego de enseñarle un pequeño diagrama sobre la polvorienta vereda decidimos emprender a Colán. Aquella mentada playa que recreaba sobre nuestras cabezas burbujitas de bellezas en tanga a la luz de la luna. Y era cierto… La luna era perfecta, se podía observar al lado del sunset, la playa inmensa como los relatos pero completamete desierta.

Y allí junto a unas heladitas, comprendí que no era el único que había sufrido los embates de las fuerzas malignas del amor, que los recuerdos de una princesa destruyen hasta el Jedi más osado, que por momentos olvidamos que los caballeros no contamos con corazas y nuestra túnica queda expuesta a los sables de la memoria.

Las horas transcurrieron lentamente, el cielo se torno cada vez mas oscuro y cada vaso de cerveza alzado al salud de las herederas del trono, nos permitía darnos cuenta que teníamos mucho en común y una sola misión. No ser destruidos.

Llegamos a nuestra base aún temprano y en ese momento se inicio la misión, el Buen Jedi de cabellos aún mas parados que los mios, vio a una no tan noble andando por la comarca, cuando menos lo esperaba él desvaneció, ella también. Pateé la tierra, quería unas cervecitas para seguir embriagandome y así no dar vueltas en la cama antes de conciliar sueño pensando en ella, pero un Jedi con una cerveza sólo en un bar no era un buen papel. Sonó nuevamente el celular y con la misma prepotencia de su primera llamada y con aquel gallito que salió de su voz unas horas atrás pronunció – Huevón, al toke, al karaoke tu culito también esta aquí- sonreí aquella noche no pensaríamos en ellas, en ese momento la lucha frontal contra el recuerdo sería una masacre; sin embargo si había que luchar debía ser por los flancos. Que tal bomba nos esperaba

El Maiky

Ficha Técnica
Locación: Norte del Perú
Año: Aproximadamente 2003
Protagonistas: 2 Jedis Heridos, Una norteñita blanquiñosa y una extra morocha.
Actrices Invitadas: La castaña de Jesús María y la por entonces candidata al Municipio
Banda Sonora: Juanes
Agradecimientos Especiales: Al taxista que espero 6 horas en Colán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mjguel sigue con la saga te leo siempre joven padawan El jedy de los pelos parados Pdta. Es dia fue bueno harto sex y era el inicio de la sagaEnviado desde mi BlackBerry de Claro.