sábado, 25 de agosto de 2007

Tanta Huev... (Piiiii)

Por suerte el frio y crudo invierno esta terminando, sin embargo mis patas siguen heladas y deje de fumar. Y es que el cigarro me ha acompañado desde los 15 años cuando un día con Coco, que en paz descanse, me enseño a golpear. Se me hizo fácil y 15 años después la nicotina y alquitrán dejan de ingresar a mis pulmones. No se si el personaje central de esta historia también lo haya dejado, ojala que si, pero no recuerdo a nadie con la capacidad de meterse tantos Malboros lights y rojos en una tarde. Tal vez esa sea una de las razones que posea tal vozarrón.

Simplemente apareció en mi casa, nunca nadie me lo presento, es más creo que tampoco le interesaba ni saber mi nombre, pues por su particular modo de entender el mundo sólo algunos privilegiados podrían rebatir sus teoremas. Es mas el tío Charleston alguna vez departió con el pelao cincuentón un trago y discusiones políticas, mientras yo disfrutaba el espectáculo. Sobre todo cuando pateaba el tablero y de su boca salía la frase: “Ey Joe.. Tanta huev…(piiii pitito por si hay menores cerca)”. Es mas los mas chicos del barrio no sabíamos su nombre sólo le decíamos “Tanta” en honor a su tan mentada frase.

Mi viejo, el Doc, creo que es uno de los pocos que lo entiende, creo que hasta le tiene camote porque cuando lo ve no le dice Juan José (Nombre que utiliza como genérico, cuando no se acuerda del nombre de alguien) sino lo adjetiviza como el Loco.

No se como estuvo con la Ingeniera, es más no se como en esa época, alguien podía entablar una conversación mundana con este individuo más de 3 minutos. Pero bueno ustedes saben que a mi me gusta conocer todo tipo de personajes. Tratar de entender, cómo a pesar de la diferencia de edad podía pasar tantas horas con Costelo y de alguna manera con tanta gente.

Una gran anécdota no tengo, aunque si el recuerdo de una tarde bastante divertida en la playa Santa María, ese día aprendí a reparar un volswagen con un cablesito adefesioso y como no pasar desapercibido en una playa.
Alguna vez estuvo por el Cusco y luego de enamorarse de una brichera (Aunque no me creas era brichera, las conocía a todas) entregarme una cómica por vender su laptop y ser víctima de una perdida de algunos cientos de dólares, no lo vi mas por este, mi nuevo hogar.

La razón, se casó. ¿Si me sorprendí? Claro, pues el y Jaimito erán mis íconos vivientes para la soltería, ahora sólo me queda Jaime. Y es que tan mala gente no es, detrás de esa pelada y esa imagen de patán alienado, está un pata que me saluda todos los días por el messenger, un individuo que se preocupó por mi familia el día del terremoto y logró que en menos de media hora todos respiremos tranquilos al comunicarse con Costelo, porque en algunos de esos días que mostraba lucidez recibí una muy buena clase de ventas y porqué creó que el personaje del rudo Joe, creado por el, le divertía más que el del sensible Xavier.

El Mayki


P.D. Joe odia a mi amigo el Oso Hugo, pero estoy seguro que Xavier lo adora.

domingo, 12 de agosto de 2007

Camiuch y El Latin Lover

Las parrilladas en la casa de mi compañera de picolines son simplemente espectaculares, papita amarilla, carne bien aderezada, chorizo parrillero y una generosa cucharada de ajisito te pueden llevar al delirio.

Fue hace unos pocos años que la banda del choclito de reunió alrededor de la parrilla, todo iba bastante bien, hasta que apareció Camiuch. En esos momentos el capitán empezó a dejar volar su imaginación y lanzaba una promesa al viento. “Esa es mujer. Yo podría ser su hombre de la casa”. Y es que Camiuch con su metro ochenta, cabellera rubía y glamoroso vestir nunca pasa desapercibida.

Esa misma noche Camiuch provista de un tazón de ocopa se acercó a nuestro grupo y ofrecía al estilo de Marilyn Monroe la cremita inofensiva al buen capi. Uy que rico pronunciaba picaremente el galán de la historía. Camiuch ni se inmuto más bien se produjo una histórica conversación que estuvo guardada celosamente en el seno de la banda...

Camiuch: ¿Y que es de tu hermano? (Dirigiéndose al Capi con aparente inocencia)
Capi: Ese (Obviamente con acento charapa) ni para en la casa, es un Latin Lover ... (Con una seguridad de Macho Latino)
Camiuch: Ja, ja ja pero si el Latin Lover eres tú.

Suficiente, al capi le dio la garrotera al fiel estilo del Chavo del 8 y en vez de responder a las palabras sensuales de Camiuch, tan sólo atino a llamar repetidamente a su fiel novia Kelly (pekinesa traviesa de avanzada edad).

Camiuch se retiro de la escena ondeando su rubia cabellera y nosotros quedamos pasmados por la pasividad del hombre que ostentaba hasta ese momento de una reputación inmaculada en cuanto a conquistas se refiere. Dejo de ser Pantaleón Pantoja para convertirse en un liliputiense inofensivo.

Hoy, Camiuch sigue produciendo suspiros y parando el tráfico, el capi ha logrado superar el trauma que le produjo la ocopa y la bomba de las parrilladas y yo espero pronto estar por el barrio disfrutando de los placeres de la parrilla, de seguro sucedera algo para recordar algunos años después.

El Mayki

P.d. Agradecimiento a Costelo por llamarla cariñosamente Camiuch y ahorrarme la busqueda de un seudonimo adecuado para ella

domingo, 5 de agosto de 2007

Mamá, Mamá… Me he enamorado

Chatear con una “EX” puede ser toda un experiencia dolorosa, un saludo a la bandera, un retorcijón en el estomago de esperanza, un alivio por una palabras no dichas en su momento o simplemente una conversación agradable cuando no hay nadie domingo a las 2 de la tarde en el Messenger. Hoy luego de una de estas experiencias y ante la promesa de convertir el domingo en un día creativo, decidí realizar un recuento de algunos de los amores platónicos, prohibidos, dolorosos, efímeros hasta inverosímiles que rodearon el barrio. No se preocupen tratare de encubrir en algo sus identidades Shuuuuuu…

Una de las terminadas mas memorables fue cuando en un cumpleaños de la Reina de los Picolines la tía Carmencita sacaba cuenta dulcemente de la edad de la cumpleañera y de la mia, al frente de mi primera enamorada conocida. ¿Se acuerdan cuando iban juntos al nido?” interrogo inocentemente la tia y a posteriori continuó “Mirenlos, si ahora tienen 14 años”. Bomba atómica. El Mayki salió disparado del lugar y atrás suyo la indignada enamorada traía junto a su cuchillo, una cruz inquisidora y un dictamen que sentenciaría a la larga una de mis primeras rupturas amorosas. El Motivo: Le había dicho que tenía 15 años y por consiguiente éramos de la misma edad, obviamente la Tía descubrió la mentira. Lo acepto…Por mi culpa…Por mi culpa… Por mi gran culpa. Resultado: Terminamos. Mire al cielo y pronuncie: Injusticia. Algunos años después Chin Chin, no se si motivado por algún mandado divino, entablo una relación con la misma nena (Si, mi ex); lo curioso es que un buen día ella lo esperaba en el lugar de siempre, pero el nunca llego. Ella lo busco horas días, meses, años para descargar su bronca por como la había dejado plantada y obviamente terminar. Nunca lo encontró, Nunca le dijo Terminamos. Venganza Divina.

Por suerte más es la pimienta que le suelo colocar de lo que realmente paso; aunque alguna vez si llegue a asustarme cuando “Cicatriz” intercambiaba lenguetazos con “Satty” en una discoteca del sur por mi cumpleaños. Y es que todo fue muy rápido. Usualmente “Cicatriz” paraba al costado de “Erotika”, regalándose sonrisas, susurrándose caricias, flotando in love, pero esa noche “Satty” provista de un pantalón blanco similar al del pelaje de inocente conejita, rompía miradas y es que estaba tan ceñido hasta podía haber sido parte de su piel. Esa noche “Erotika” hizo tripas corazón y no dijo nada, aunque sabía que el silencio no sería eterno, como que no lo fue. Noches después, obviamente matizadas por el alcohol, tocaban el tema en la esquina de un parque. A unos metros Chito, Cicatriz, La China y Yo al ritmo de “Tu amor es una trampa.. una trampa maldita” tomábamos unas chelitas con el botiquín en la mano por si teníamos que salvar a alguna víctima, afortunadamente no hubo una jalada de greñas de pollada ni mucho menos se rompió la amistad, quedaron en ser: “Hermanas de Lengua” . Y … bueno la Justicia demora a veces, pero llega; hace un tiempito recuerdo al galante de antaño solicitando un piquito aventurero en el umbral de la puerta de Erotika, ante la negativa de ella.

Pero si de ilusiones se trata el buen “Erto” (Cabello corto, chato, blancón) se lleva el galardón. Eran buenas épocas, uno podía confiar en el mientras se conversaba con un cigarrito por las calles del barrio. Uno de esos domingos por la noche llega emocionado hasta las lágrimas, no lo podía creer, había encontrado su alma gemela: Mujer, cabello castaño claro y rizado como el de un ángel, ojitos inocentes y cautivadores, piel tersa, suave y dotada de una inteligencia y madurez que a sus cortos 18 años le parecía imposible de creer. La conoció gracias a la Ex del primer relato y en un parque en compañía de un Ron barato habían conversado de la vida, amores, esperanzas y desventuras.

Erto no lo podía creer el angel vivía a sólo unos metros de su casa y nunca la había visto. Su nombre: “Sand”. Regresaron juntos al amanecer y los besos de la madrugada anterior nublaban el lado racional de Erto, no importaba nada en ese momento, él sólo tenía ganas de gritar al mundo lo que sentía… y como que lo hizo. Abrió la puerta de su casa a las 7 de la mañana y en pleno desayuno familiar no pudo más Mamá… Mamá… Gritaba eufóricamente, toda la familia salió al borde del pánico, sólo para verlo terminar de desahogarse con los ojos cerrados: Me he enamorado Mamá.
A la tarde siguiente Erto me lo contaba con desparpajo y sin vergüenza, con la convicción de un ser enamorado. Bueno en realidad no me lo contó sólo a mí, sino a muchos más, con el mismo entusiasmo que yo lo escuche la primera vez. Al cabo de unos pocos días todos supimos quien era “Sand”, nadie nos dijo de sus perlas, todos ya teníamos algunas y juntos podíamos armar un collar con las que cada uno por separado sabía de ella.
Por suerte la hermana de “Erto” fue la encargada de entregarle el currículo de su musa, como comprenderán nunca le dijo Ex, ya que nunca hubo una declaración que iniciará el idilio.

Hoy con las patas heladas dentro de unas colchas en una cama de plaza y media, luego de una noche al lado de una gaseosita sin hielo en un bar cusqueño y después de una tarde de recuerdos; me pregunto si es tiempo para el amor … En fin sólo espero que el día indicado no llegar a casa como "Erto" con el Pan y los Tamales gritando: Doctor.. Doctor… Me he enamorado Doctor (Se imaginan la cara de mi viejo)

viernes, 3 de agosto de 2007

¿Fue Jesús, el de la Crush?




Creo que es más sencillo para mí el trabajar textos publicitarios, que redactar historias; así que tratare, a pedido del Tio Celina, de ser mas sencillo.

Hoy conversando como de costumbre con el taxista, filosofábamos muy alturadamente sobre “Cuando te toca te toca y cuando no… No te tocas pes…” debido a lo circunstancial que estés cerca o lejos de la muerte, en ese momento decidí adelantar esta entrega que también formo parte de nuestras aventuras.

Fue un verano de aquellos en donde chapábamos combi y nos largábamos de campamento, La Banda del choclito esta recién formada y ganas era lo que mas sobraba con tal de salir del barrio y disfrutar de “El Mar, Los placeres del mar…El Mar”

El campamento tenía lo de costumbre, Ron, afanadores como Vivogusto, Chela, galanes como “RosGiver” con su gorrita soluciona todo, Cigarritos, la “Hola amigitos” con ocurrencias y bueno… algunas cosas mas. Pero fue al mediodía de la mañana siguiente que ocurrió un episodio que aún se torna un poco difícil de comprender.

La resaca había sido fuerte y con “RosGiver”, “El amigo del Chavo” y yo salimos cual surfistas expertos en busca de las olas. Al inicio todo bastante tranquilo. Nosotros dentro revolcándonos con las olas, una y otra vez al fiel estilo pechito y fuera el Choclito entretenido con su castillo de arena y Vivogusto con su técnica tequila tras Subs. Dado que ninguna fémina quedaba impresionada por nuestro despliegue de destreza delfinística, decidimos ingresar un poco más.

“Con el mar no se juega” decía la tía Rosita y vaya que en ese momento recordaba la frase, la marea subió repentinamente y a la voz de “Vamos” lográbamos con dificultad avanzar algunos metros. Podía ver al Charapa que se ponía de pie y pensaba que sólo era cuestión de dos o tres brazadas que podría ponerme yo también de pie. Sin embargo mi nombre se pronunciaba con dificultad tras de mi, al voltear sólo veo un cuerpo que intentaba ponerse a flote a duras penas.

Un grito de ayuda salía de los cancinos pulmones que ya pasabas la factura de la mala noche y vuelta mar adentro, durante el trayecto algunas imágenes venían a mi mente cual película que presiente la partida de alguien. 10 metros mas, 5 metros mas… 1 metrito… no te hundas con la mano arriba cual Terminador. La puta madre… se hundió.

2 segundos después luego de una zambullida instintiva me encontraba con “El amigo del Chavo” a flote con sólo agua verduzca y salada alrededor. 30 segundos después estábamos los tres bastante lejos de la orilla, bastante lejos del barrio, hasta por momentos de la vida misma. Pregunta: ¿Me muero, se muere, nos morimos los tres? No quedaba mucho tiempo los brazos estaban por fallar y la razón vencía al corazón. Cuando, cuál estampita de Navarrete, apareció con una ropa de baño blanca como las nubes, un individuo de barba poblada, cabello largo, cuerpo delgado y mirada pacífica… y cuando relato que apareció es, porque simplemente apareció de la nada, trepado en su tabla Surf como si con la mirada dominara al embravecido mar. Un par de cachetadas al ahogado y con una señal con una de las manos indicándonos la orilla.

No recuerdo ni la cantidad de brazadas ni el tiempo que duró nuestra epopeya, en la orilla más allá de unas tías mofletudas que movían la cabeza y alejaban a sus pequeños de nosotros como si fuésemos escoria; nuestros compañeros de carpa y nuestras admiradoras de la carpa vecina imaginaban que estábamos quizás comprando chelas, pero menos que estábamos mar adentro.


10 minutos después sólo el silencio era el común denominador entre los tres, el buen samaritano vestido de surf desapareció, nunca más lo vimos, es más nadie lo había visto antes ni lo vió después; luego no hubo reproches, creo que ese día algo sucedió con “El amigo del Chavo” salió del mar pero parte de esa chispa que le conocíamos se la llevo la marea. No acabó el campamento… regresó a Lima y bueno, ustedes saben el campa debía continuar, como que continuó.

Claro que siempre quedo la duda. ¿Habrá sido el la Cruzshhh?... Si fue así Gracias Pa, como dicen en mi nuevo pueblo.

El Mayki